Imagina caerte en medio de una selva y torcerte el tobillo y, para colmo, un león te persigue. ¿Seguirías corriendo o te quedarías quiet@? La respuesta es clara. En este escenario, nuestro sistema prioriza: «¿Qué es lo más importante ahora mismo? ¡Evitar que el león nos devore!».

Hoy quiero hablarte sobre el dolor, en concreto sobre el dolor lumbar y el controvertido diagnóstico de la hernia discal.

¿Sabías que según la OMS, el 80% de las personas experimentarán dolor lumbar en algún momento de sus vidas y muchos lo padecerán de forma crónica?

Explorando las Raíces del Dolor 🤔

Comencemos por comprender qué es realmente el dolor. Definirlo no es tan sencillo, pero imagínalo como nuestro defensor personal. Es como el guardián de nuestro cuerpo, asegurándose de que estemos a salvo. Podemos describirlo como una balanza entre amenaza y seguridad. Si tu organismo siente que está en peligro, ya sea por una lesión pasada, por tu historia de vida o incluso por lo que tu cerebro predice que va a pasar, ¡zas!, aparece el dolor. Es una emoción predictiva, comparable a la sed o el hambre.

Por otro lado, también existe la amplificación del dolor. Por ejemplo, personas con miembros amputados pueden experimentar dolor en la ubicación del miembro ausente. Esto no significa que estén «locas»; el verte despojad@ de ese miembro puede producir dolor por una simple manifestación del funcionamiento de nuestro cerebro.

En esencia, el dolor podría considerarse nuestro protector, una señal que garantiza nuestra supervivencia.

La Complejidad de la Experiencia del Dolor 🤕

La relación entre daño y dolor no es tan directa como podríamos pensar. Los estudios indican que daño no siempre es igual a dolor. ¿Te imaginas tener una lesión sin que cause dolor? Estudios en personas sin dolor revelaron que tenían lesiones similares a las personas que sí experimentaban dolor y, sin embargo, desconocían que tenían esas lesiones porque simplemente no experimentaban dolor alguno. ¿Cómo puede ser? Sencillamente porque el dolor es más complejo de lo que parece.

Un estudio sobre el envejecimiento de la espalda reveló que, alrededor de los 45 años, aproximadamente el 50% de la población tendrá alguna forma de discopatía en la columna lumbar o cervical. Aumentando esta grafica conforme se va teniendo más edad, es decir, a los 45-50 años es un 50%, a los 60 años es un 60%, a los 70, un 70%, a los 80 años de edad un 80% de la población tiene algún tipo de discopatía a nivel lumbar o cervical. Esto podría manifestarse como una disminución en la altura del disco, protusión, hernia discal o varios grados de artrosis. ¿Por qué entonces la mitad de las personas de 45 años o el 70-80% de las personas mayores de 70-80 años, no experimentan dolor lumbar o cervical?

La Realidad de los Cambios con la Edad 📊

Los cambios en los tejidos son inevitables a medida que envejecemos. Se ha visto que la mayoría de lesiones o patologías crónicas o cosas así muy contundentes que hacen sufrir mucho a la persona que lo sufre, no dejan de ser cambios adaptativos a la historia que se ha vivido. Artrosis en el hombro, roturas parciales en manguito de rotador del hombro, hernias discales… son comunes en personas que no experimentan dolor. No debemos asociar automáticamente el daño con el dolor, ya que podríamos estar creando un efecto nocebo (lo contrario a un placebo). Decirle a alguien «es normal que sufras, mira cómo tienes esto o aquello» (mostrándole por ejemplo los resultados de una resonancia) solo amplifica la sensación de fragilidad y la persona se sentirá constantemente amenazada, lo que, por supuesto, puede llevar a la generación de dolor.

Es crucial entender que el dolor puede surgir espontáneamente por una multitud de factores, rara vez es causado por un único elemento.

Hernia Discal vs. Dolor Lumbar 🤷‍♀️🤷‍♂️

Diferenciar entre una hernia discal y el dolor lumbar es esencial. Nuestra columna está formada por numerosas partes (vértebras), y su flexibilidad se debe en gran medida a los discos intervertebrales que se encuentran entre cada una de esas vértebras, compuestos en su mayoría de agua (¡un 90%!), y alrededor de ese disco se encuentra el anillo pulposo que sirve para que una vértebra se mueva por encima de la otra.

La parte posterior de las vértebras contiene la médula espinal, un conjunto de «cables» que se extienden desde la parte dorsal (bajo la nuca) hasta la zona lumbar.

Una hernia discal es una lesión en este disco, comúnmente causada por el envejecimiento del disco.

En contraste, la lumbalgia o lumbago responde a una serie de factores que influyen en nuestra vida diaria, como la fuerza muscular en la zona lumbar, la cantidad de actividad física que se haga o no, nuestras creencias sobre nuestros movimientos, un esfuerzo repentino, el estrés, la calidad del sueño y la alimentación. El dolor lumbar, por lo tanto, se revela como un fenómeno multifactorial que no siempre está relacionado con la presencia de una hernia discal.

Entender que son 2 entidades diferentes que no siempre tienen porqué estar enlazadas entre sí, es clave. La hernia discal es un factor mecánico, pero el dolor lumbar es multifactorial. Puedes tener dolor con una hernia discal o tener la hernia sin dolor.

El Controvertido Diagnóstico de la Hernia Discal 🤨

Puede suceder que alguien tenga dolor lumbar durante semanas, decida someterse a una resonancia magnética, y se descubra una hernia discal. Luego, el médico atribuirá el dolor a la hernia, pero ¿podría ser que esa hernia existiera desde hace 10 años y que ahora aparezca el dolor lumbar debido a otros factores? Llevas unas semanas con más estrés, descansando menos, durmiendo peor, estas últimas semanas has realizado más esfuerzo (una mudanza, por ejemplo), has cambiado de calzado, estar mucho tiempo sentado, de pie, en fin, aquí voy a mojarme y es que nos encontramos con un problema, que se atribuye a esa hernia, ese dolor, cuando quizás, no es la causante del dolor.

La atribución exclusiva del dolor a una hernia puede crear un callejón sin salida para la persona, ignorando otros factores contribuyentes.

Desafiando la Creencia: «Dolor igual a Lesión» 🤔🚫

Entonces, ¿reposo absoluto frente al dolor? Adoptar la actitud de «tengo dolor, encima tengo daño… No voy a hacer nada. Si no me muevo, no me duele», puede llevarnos a un círculo vicioso de reposo excesivo y medicación.

Aquí, vuelvo a mojarme y es que el reposo absoluto no es la solución. El movimiento es vida, y menos actividad puede llevar a la atrofia muscular.

Entrar en el círculo/rutina sofá-cama, antiinflamatorio, cama-coche, analgésico, coche-sofá y más calmantes, solo conduce a más problemas. No digo que no haya que tomar medicación, ni contradecir lo que un médico prescribe, pero eso es sería en una primera intervención, que se ha de combinar, de forma progresiva, con el movimiento.

EL REPOSO NUNCA ES UNA OPCIÓN y nunca lo será si quieres mantenerte con salud durante muchos años.

Cambiando la Mentalidad Hacia el Movimiento 🧠🍃

El Movimiento es vida, cuanto menos te muevas menos vas a poder vivir, cuanto menos te muevas más atrofiado vas a tener tus músculos. Y es posible que pases un primer período en el que te encuentres medianamente mejor, tras la medicación, pero llegará un momento en que este aparezca el dolor y éste sea nuevamente insoportable, necesitas actuar ya, necesitas empezar a moverte para preservar esa vejez que vemos lejana pero que inevitablemente está ahí. Has de tomar las riendas de tu vida, actuar ya con ejercicios muy concretos, que pueden ser muy simples si acudes a los profesionales adecuados.

Claro que al principio el ejercicio físico puede traer dolor y la persona puede pensar «yo abandono, esto no es para mí, tengo incluso más dolor». Pero realmente ese dolor no es un dolor malo (si está pautado y supervisado), el dolor relacionado con el ejercicio es temporal y forma parte del proceso de adaptación, una forma que tiene tu cuerpo porque se está adaptando a esa actividad. Ese tipo de dolor suele desaparecer 2-3 días después, se vuelve a hacer con un poquito de más carga, y el organismo se vuelve a adaptar haciéndolo más resiliente. Como se suele decir: «Nadie aprende a patinar sin caer alguna vez».

Personalmente, lo mejor sería tratar los síntomas y no el diagnóstico. Y si no hay mejoría, entonces, plantearse otras opciones. Las mejores soluciones, casi siempre, son las más simples.

Listos para el Cambio: Transformando el Dolor en Bienestar 💪✨

Invertir 30 minutos diarios en mantener nuestra espalda fuerte y saludable es una inversión a largo plazo en nuestra salud y sólo depende de tí. No es una cuestión de fuerza de voluntad, es una cuestión de responsabilidad.

En Movimiento en Positivo, no solo proporcionamos ejercicios supervisados, sino también un entorno de apoyo y compartir estas experiencias en un grupo puede marcar la diferencia. Cuando estamos lidiando con el dolor, a menudo nos sentimos sol@s; es difícil explicar lo que estamos experimentando. La sensación de comunidad, de estar en un grupo donde otros comparten experiencias similares, puede tener un impacto significativo en el manejo del dolor.

Hay que cambiar de mentalidad y pensar que el ejercicio vamos a hacerlo de por vida. Depende de ti invertir 30 minutos diarios para mantener una espalda fuerte y sana hasta el final de tus días.

Si estás list@ para emprender un viaje desde cero hacia una espalda y cuerpo saludables, estoy aquí para acompañarte. En Movimiento en Positivo es nuestro objetivo cuando alguien llama a nuestra puerta. Mi compañero Carlos Osteópata y yo estamos aquí para conducirte hacia una vida libre de dolor 💪✨

Con cariño,

Fabiola Lorite, profesora de Yoga, instructora de Pilates Terapéutico, Método Hipopresivo, Embarazadas y Posparto.

NOTA: Si deseas contarme tu caso concreto, puedes contactar conmigo por WhatsApp, o llamándome al 609889763.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Carrito de compra
Scroll al inicio

Nuevos horarios
2025-26

Fabiola

Fabiola

Normalmente respondo en poco tiempo

I will be back soon

Fabiola
Hola 👋
Soy Fabiola. ¿En qué te puedo ayudar?
Whatsapp
Ana Maria Perez Fernandez
Ana Maria Perez Fernandez

Dejó reseña de 5 estrellas

Ana Maria Perez Fernandez
5.0

El taller ha estado genial, se resuelven muchas dudas, nos dieron muchas herramientas para favorecer el trabajo de parto y aliviar el dolor. Elena es una chica encantadora llena de experiencia, tanto profesional como personal, y se hizo muy cortito el taller. Recomiendo el taller 100% y por supuesto, acudir a las clases de Fabiola que es otro gran descubrimiento como persona :)

Fany hernandez lopez
5.0

Hoy justo cumplo 1 año de mi experiencia en Pilates con Fabiola. He aprendido mucho con ella, sobretodo a descubrir partes del cuerpo y conceptos que desconocía. Las dolencias son muchos más llevaderas hoy por hoy. Es motivadora 100%. Una suerte haberse cruzado en mi camino. GRACIAS PD: hoy no me puedes reñir en clase...

Enriqueta Martinez
5.0

Llegué embarazada de 8 meses y me ayudó a terminar mi camino y en clases de postparto he seguido. Lo que hace única a Fabiola es su forma de transmitir su conocimiento y ponerlo en práctica con paciencia y esfuerzo a cada individuo. Siempre nos pregunta cómo estamos para guiarse en cómo debe trabajar con cada persona, siendo una clase grupal. Para mí que llevaba más de un año con mareos y vértigos a causa de varias hernias discales y sin poder hacer nada según el médico , solo con operación , me ha ayudado a sentir el balance y volver a la normalidad. Le doy millones de gracias porque en pocas sesiones me ha corregido la postura y siempre vamos con ganas de más . Recomiendo 100 por 100 estos cursos.

Adria María Valenzuela Hortelano
5.0

Asistí a las clases de pilates durante mi embarazo, mi experiencia fue inmejorable. Me sentía con fuerza, activa y con mucha energía, no cogí casi nada de peso. Las clases eran muy amenas y con una variedad de ejercicios meticulosamente preparados por Fabiola. Entre otras muchas cosas, trabajamos bastante el suelo pélvico, tan importante de cara al parto y posparto. Mi trabajo de parto fue bueno. Desde la primera contracción en casa fui controlando la respiración tal y como ella nos enseñó. Camino al hospital estuve haciendo las meditaciones que Fabiola nos hacía al finalizar la clase para relajarnos y tomar conciencia de nuestro estado y establecer una conexión especial con nuestro bebé. En el hospital pude estar sin epidural realizando ejercicios con pelota y sin pelota durante 9 horas. El parto fue natural duró una hora, no hubo necesidad de episotomía. Hacer pilates durante el embarazo ha sido todo un acierto. Fabiola es una profesional, se nota que está especializada en pilates para embarazadas y muestra una gran sensibilidad en el trato con cada una de sus alumnas.

Belén Infantes Gemas
5.0

Encontré este centro por una búsqueda en Google y tras leer las maravillosas reseñas que tenía, pedí información y la verdad no pude elegir mejor. Cuando supe que estaba embarazada quería hacer algún tipo de deporte para mantenerme activa y prepararme de cara al parto. No había hecho pilates en mi vida y al principio eso me echaba para atrás, pero al hablar con Fabiola me comentó que no hacían falta conocimientos previos ya que empezaba desde cero explicándolo todo. Las clases son muy dinámicas, y no es sólo pelota, que era otra de las cosas que pensaba. Lo que más me gustaba de la clase es el final, que hacemos una meditación guiada por Fabiola. Otra de las cosas que me gustaron fue que si algún día no puedes asistir a la clase, Fabiola te da la facilidad de poder cambiar la clase a otro día en otro turno y así no la pierdes. La única pega, por poner alguna, es que si vais al horario de mañana tenéis que ir con bastante antelación ya que el aparcamiento es complicado. Por la tarde no hay problema. También me decanté por este centro y no por otro porque realizan cursos y charlas de cara a la maternidad. Asistí junto a mi pareja al que impartió la matrona Elena y pude resolver muchas dudas que tenía. Fabiola es una persona fantástica. Muy humana, empática y atenta. Ha sido una experiencia muy enriquecedora y sin duda, volvería a repetir si me volviera a quedar embarazada.