Frenar el dolor con actividad física

Por qué deberíamos aprender a «bailar bajo la lluvia» (y cómo hacerlo)

«La vida no consiste en esperar a que pase la tormenta, sino en aprender a bailar bajo la lluvia» – Vivian Greene

Cada mañana, reviso mi móvil mientras tomo mi primera infusión y, aunque ante ciertos mensajes no puedo más que expresar mi gratitud porque sé lo mucho que mis alumnos valoran mi opinión, me hacen reflexionar sobre la frase que encabeza esta entrada: «La vida no consiste en esperar a que pase la tormenta, sino en aprender a bailar bajo la lluvia» .

Algunos de estos mensajes me consultan sobre si asistir o no a clase tras un episodio de dolor:
«Me he levantado con un dolor en las lumbares importante… No sé si ir clase o mejor descanso.»

Otro, tras haber asistido a varias sesiones, me comentan:
«Voy a parar unos días porque tengo molestias y no quiero que vuelva ese dolor por el que empecé».

Y yo lo entiendo, de veras que lo entiendo. Pero mi respuesta ante estas preguntas siempre es la misma:
«Si no te incapacita para moverte, ven».

Cuando sentimos dolor, la reacción natural suele ser evitar el movimiento por miedo a empeorar la situación. Sin embargo, la ciencia ya nos dice, rotundamente, que el reposo prolongado puede ser contraproducente.

Adoptar la actitud de «tengo dolor…. No voy a hacer nada. Si no me muevo, no me duele«, puede llevarnos a un círculo vicioso de reposo excesivo y medicación. “Alimentar” el miedo al movimiento puede derivar en algo mucho mayor (kinesofobia).

La Kinesiofobia es un miedo irracional al movimiento que surge como respuesta a la asociación entre el movimiento y el dolor.

Entrar en este círculo/rutina sofá-cama, antiinflamatorio, cama-coche, analgésico, coche-sofá y más calmantes, solo conduce a más problemas. No digo que no haya que tomar medicación, ni contradecir lo que un médico prescribe, pero eso debería formar parte de una primera intervención, que se ha de combinar, de forma progresiva, con el movimiento.

Un tendón, un músculo, un ligamento… son estructuras que están diseñadas para nuestro movimiento. Es decir, dependen del movimiento para funcionar.

Si yo quiero que alguna parte concreta de mi cuerpo esté sana o que recupere su salud, necesito moverla; en el momento que yo dejo un tendón inmóvil, pierde capacidad, igual que si dejo a un músculo sin moverse, pierde la fuerza. Si yo no muevo una articulación, pierde movilidad; si un hueso está en ingravidez, pierde densidad ósea.

Por tanto, un tendón, un músculo, un ligamento, una articulación… nuestro cuerpo, tiene que tener movimiento; lo que hay que hacer es adaptar ese movimiento y el que el sistema inmune pueda hacer su trabajo recuperando esa lesión.

El Movimiento es vida, cuanto menos te muevas menos vas a poder vivir, cuanto menos te muevas más atrofiado vas a tener tus músculos, ligamentos, tendones y articulaciones.

¿Pero eso cómo va a ser? Si me muevo, me duele 🤕

Vale, te explico cómo influye el movimiento en las personas, y no es magia, es ciencia:

1. Reduce la inflamación
El ejercicio promueve la producción de sustancias antiinflamatorias en el cuerpo. Esto no solo ayuda a aliviar el dolor, sino que también contribuye a equilibrar nuestro sistema inmunológico.

2. Fortalece el sistema de alarma del cuerpo
El dolor es como una alarma que el cerebro enciende para protegernos. Sin embargo, el movimiento enseña a nuestro cerebro que no hay peligro, ayudando a desactivar esa alarma cuando no es necesaria.

3. Mejora el estado de ánimo
Hacer ejercicio libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad. Éstas no solo ayudan a reducir el dolor por su efecto analgésico natural, sino que también mejoran nuestra resiliencia emocional y reduce el estrés asociado al dolor.

4. Mejora de la Calidad del Sueño
El dolor obviamente puede interferir con el sueño, y la falta de sueño puede empeorar el dolor. El ejercicio regular ayuda a mejorar la calidad del sueño, lo que a su vez puede ayudar a reducir el dolor.

5. Aumenta la confianza en el cuerpo
Moverse regularmente, incluso con dolor, puede ayudarnos a reconectar con nuestro cuerpo y a recuperar la confianza en lo que podemos hacer.

La clave está en actuar… «bailar bajo la lluvia»

Mantenerse activo es una de las mejores estrategias para aliviar el dolor y mejorar nuestra calidad de vida.

Lo que realmente importa es que empieces a moverte poco a poco, sin miedo. Camina más, usa las escaleras, sal a jugar con tus hijos o nietos, o simplemente disfruta de actividades al aire libre.

Si existe miedo a moverse por temor a que ese dolor aparezca o se incremente, comienza por aquello que te guste y que no te da miedo. No te concentres tanto en hacer ejercicios específicos o trabajar exclusivamente la zona afectada; no existe un ejercicio mágico, pero cualquier tipo de movimiento es mejor que ninguno. La clave está en encontrar actividades que puedas realizar regularmente y disfrutar. Ya sea caminar al aire libre, Yoga, Pilates Adaptado, o Movilidad Articular, Nadar, actividades aeróbicas suaves o Ejercicios de fuerza adaptados. Reconciliándote con tu cuerpo para recuperar la confianza y, poco a poco, vas a sentirte mejor y con más confianza para probar ejercicios para la zona que te duele.

En definitiva, tomar responsabilidad sobre ti y tu cuerpo, reforzará la idea de que el dolor no debe detenerte.

Incorporar actividad física a tu vida diaria puede transformar la manera en que percibimos el dolor. La alternativa que propongo siempre es el Movimiento como Terapia. El movimiento ayuda a «reeducar» el sistema de alarma del cuerpo, disminuyendo respuestas exageradas al dolor, mejora el estado de ánimo y aumenta la confianza en el cuerpo y en lo que podemos hacer, lo que indudablemente mejorará nuestra calidad de vida.

No se trata de esperar a que «pase la tormenta» para que el dolor desaparezca por completo, sino de aprender a moverte, a «bailar bajo la lluvia»; confiar en tu cuerpo y disfrutar del proceso de recuperación, incluso cuando el dolor está presente. Te invito a cambiar la perspectiva, abandonar el miedo al movimiento y recuperar la conexión con el cuerpo desde la confianza y la calma.

Para ello, te dejo una meditación guiada que te ayudará a reconectar con tu cuerpo y liberar el miedo al dolor. Puedes repetirla todos los días al comenzar tu mañana, antes de ponerte en marcha, o antes de dormir, en ambos casos, escucharla a diario ayudará a preparar a tu sistema nervioso a reducir la percepción de amenaza al movimiento.

🧘✨ Meditación para Reconectar con tu Cuerpo y Liberar el Dolor 🧘✨

PD1: En Movimiento en Positivo, te acompañamos para que descubras los beneficios del ejercicio y recuperes el control sobre tu bienestar. ¿Te animas a dar el primer paso?

PD2: En este otro artículo te hablo más sobre el dolor y más concretamente sobre el dolor lumbar y las hernias discales. Echa un vistazo, estoy segura de que te va a aclarar algunos mitos https://movimientoenpositivo.com/entendiendo-el-dolor-de-espalda/

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Laura Cortés
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Ha sido una experiencia maravillosa. Sin duda recomiendo a toda futura mami acudir al Taller de Preparación al Parto impartido por la matrona Elena. Además de ser una excelente profesional con gran experiencia, es también una persona muy bonita que te hace sentir cómoda y segura en todo momento. Las herramientas y los conocimientos que nos trasladó me han servido de gran ayuda para llegar con más calma a ese momento que tanto respeto nos da. Gracias a Fabiola y Elena por la oportunidad, y al resto de parejas por compartir sus experiencias en este espacio.

Marina Gil Velasco
5.0

Mi marido y yo atendimos aquí el curso de preparación al parto de Elena Claudel y no podemos estar más contentos. Además de aprender muchísimas cosas tanto teóricas como prácticas, nos quedamos con el trato cercano, la empatía y profesionalidad de Elena. El taller nos ha dado mucha calma y herramientas para el día del parto, así como para el postparto. Muchísimas gracias!

Ana Maria Perez Fernandez
5.0

El taller ha estado genial, se resuelven muchas dudas, nos dieron muchas herramientas para favorecer el trabajo de parto y aliviar el dolor. Elena es una chica encantadora llena de experiencia, tanto profesional como personal, y se hizo muy cortito el taller. Recomiendo el taller 100% y por supuesto, acudir a las clases de Fabiola que es otro gran descubrimiento como persona :)

Fany hernandez lopez
5.0

Hoy justo cumplo 1 año de mi experiencia en Pilates con Fabiola. He aprendido mucho con ella, sobretodo a descubrir partes del cuerpo y conceptos que desconocía. Las dolencias son muchos más llevaderas hoy por hoy. Es motivadora 100%. Una suerte haberse cruzado en mi camino. GRACIAS PD: hoy no me puedes reñir en clase...

Enriqueta Martinez
5.0

Llegué embarazada de 8 meses y me ayudó a terminar mi camino y en clases de postparto he seguido. Lo que hace única a Fabiola es su forma de transmitir su conocimiento y ponerlo en práctica con paciencia y esfuerzo a cada individuo. Siempre nos pregunta cómo estamos para guiarse en cómo debe trabajar con cada persona, siendo una clase grupal. Para mí que llevaba más de un año con mareos y vértigos a causa de varias hernias discales y sin poder hacer nada según el médico , solo con operación , me ha ayudado a sentir el balance y volver a la normalidad. Le doy millones de gracias porque en pocas sesiones me ha corregido la postura y siempre vamos con ganas de más . Recomiendo 100 por 100 estos cursos.

Adria María Valenzuela Hortelano
5.0

Asistí a las clases de pilates durante mi embarazo, mi experiencia fue inmejorable. Me sentía con fuerza, activa y con mucha energía, no cogí casi nada de peso. Las clases eran muy amenas y con una variedad de ejercicios meticulosamente preparados por Fabiola. Entre otras muchas cosas, trabajamos bastante el suelo pélvico, tan importante de cara al parto y posparto. Mi trabajo de parto fue bueno. Desde la primera contracción en casa fui controlando la respiración tal y como ella nos enseñó. Camino al hospital estuve haciendo las meditaciones que Fabiola nos hacía al finalizar la clase para relajarnos y tomar conciencia de nuestro estado y establecer una conexión especial con nuestro bebé. En el hospital pude estar sin epidural realizando ejercicios con pelota y sin pelota durante 9 horas. El parto fue natural duró una hora, no hubo necesidad de episotomía. Hacer pilates durante el embarazo ha sido todo un acierto. Fabiola es una profesional, se nota que está especializada en pilates para embarazadas y muestra una gran sensibilidad en el trato con cada una de sus alumnas.