A lo largo de las últimas entradas, hemos explorado el papel fundamental que desempeña la actividad física en nuestro bienestar general. Hoy, quiero que reflexionemos juntos sobre un aspecto crucial: la importancia de considerar a nuestro propio cuerpo como la máquina más valiosa que debemos acondicionar para alcanzar nuestras metas de puesta en forma.
En el competitivo mundo del fitness, nos inundan las herramientas, equipos y material deportivo que prometen ayudarnos a ponernos en forma. Sin embargo, olvidamos que la máquina más esencial para alcanzar este objetivo es nuestro propio cuerpo. Nuestro cuerpo es la herramienta definitiva para alcanzar la puesta en forma, y debemos asegurarnos de que esté bien acondicionado para responder a los desafíos que le planteamos.
Imagina que deseas comenzar a montar en bicicleta. Tu primera tarea sería asegurarte de que la bicicleta esté en perfectas condiciones: las ruedas con la presión adecuada, frenos funcionando correctamente y, de manera secundaria, accesorios que nos ayuden en nuestras salidas (el casco, el culote, una funda blandita para el asiento…). De manera similar, en nuestro camino de inicio para ponernos en forma, debemos preparar y fortalecer nuestro cuerpo gradualmente.
Al igual que no te lanzarías a la carretera sin una bicicleta en buen estado, tampoco deberías embarcarte en un programa de ejercicios sin acondicionar tu cuerpo desde la base.
La clave no está solo en ponernos en forma,
sino en mantener esa forma durante toda la vida
El ejercicio debe convertirse en un hábito diario, tan natural como cepillarnos los dientes. Al igual que esta rutina diaria es fundamental para nuestra salud bucal, el ejercicio debe ser parte integral de nuestra vida cotidiana.
En Movimiento en Positivo, estamos aquí para ayudarte a crear ese hábito de vida activa, desde la base. Y te voy a explicar por qué es importante que entiendas este concepto que es el “ponerse en forma desde la base”.
Muchas personas comienzan a hacer ejercicio principalmente con fines estéticos, enfocándose en actividades cardiovasculares como correr, hacer spinning o usar la elíptica. Por supuesto que estas opciones son válidas, pero, en mi opinión, no son el punto de partida más adecuado. Si no se ha trabajado previamente en el acondicionamiento de la musculatura, es probable que la persona se fatigue y termine abandonando en poco tiempo.
La fatiga muscular puede superar con creces a la fatiga cardiovascular, lo que provoca que las piernas se carguen y aparezcan problemas en la zona de la espalda baja. Tu cuerpo, esa máquina vital que te debe acompañar toda la vida, no está preparado inicialmente para el trabajo cardiovascular exigente, y por exigente me refiero a intenso y largo: una hora en la elíptica, una hora en clase de spinning, una clase de fitboxing…, todo ello actividades fantásticas, pero que requieren de un acondicionamiento físico previo.
La CLAVE, como lo menciono repetidamente, es la FUERZA
Necesitamos desarrollar una base de fuerza musculoesquelética para poder participar en otras actividades físicas más prolongadas y desafiantes.
Entonces, ¿cómo conseguimos esta base de fuerza si partimos de una situación de sedentarismo o inactividad? La respuesta radica en ejercicios sencillos, estables y seguros, dando protagonismo al CORE.
Progresamos «desde el centro» hacia las extremidades, despertando y fortaleciendo esa musculatura estabilizadora que nos mantiene erguidos, nos ayuda a mantener una buena postura y nos permite levantar peso sin lesionarnos.
El CORE comprende la musculatura profunda del abdomen, el suelo pélvico, los músculos profundos del glúteo y del raquis. Estos músculos son esenciales para proporcionar estabilidad y prevenir lesiones al realizar tareas cotidianas.
Para fortalecerlo, no basta con hacer abdominales clásicos (es más, yo los suprimiría, al menos en una primera fase); Trataría de desafiarlo de manera funcional. Esto es activar esta musculatura para integrarla en nuestros movimientos diarios y en futuras sesiones de ejercicio, ya sea en clases colectivas, entrenamientos cardiovasculares o cualquier otra actividad que desees emprender.
No siempre es necesario desafiar a los músculos grandes para mejorar el rendimiento del cuerpo. Dirigirse a los músculos pequeños y profundos crea un reclutamiento muscular eficiente y, lo que es más importante, funcional, que me ayude en mi día a día.
Y tú, ¿cómo lo haces?, ¿Estás trabajando en fortalecer esta musculatura estabilizadora? Cuéntame en comentarios cuál es tu rutina de Core. Y si tienes cualquier pregunta, déjala por aquí, intentaré darte respuesta en la medida de mis conocimientos, que espero te sirvan.
¿Te gustaría saber cómo puedo ayudarte a desarrollar un CORE funcional y preparar tu máquina vital, tu cuerpo, para una vida activa? No dudes en contactarme para discutir tus objetivos y necesidades. Estoy aquí para poner a tu disposición mis conocimientos y experiencia de más de 15 años. En Movimiento en Positivo, estamos comprometidos a ayudarte a poner a punto, desde la base, la máquina más valiosa que jamás tendrás: tu propio cuerpo.
Con cariño,